Las enormes ollas llamadas popularmente cocuchas, por su lugar de origen, Cocucho, en Michoacán, están hechas de arcilla extraída cerca del volcán Parucutín.
Las Cocuchas están moldeadas y modeladas completamente a mano por mujeres purépechas de la región y sus familias. Una característica particular de estas piezas es la quema al aire libre, con la misma técnica utilizada desde la época prehispánica.
Estas ollas se hacen a mano usando el método de la bobina; es decir, cada pieza se inicia apoyado por un objeto molde formando una base, luego las paredes se construyen con "tortillas" enrolladas de barro blando modelando hacia arriba. La forma emerge conforme van agregando más "tortillas".Debido a su dimensión y altura la pieza debe hacerse en diferentes etapas durante varios días. Se espera a que cada día que la arcilla seque adecuadamente para que pueda soportar el peso agregado de cada nueva capa.
Una vez que el cuerpo principal de la cocucha es duro como cuero, se añaden las últimas capas de barro para formar su cuello y boca. El proceso final consiste en alisar la pieza frotándola con una mazorca de maíz y piedras mojadas por toda la superficie exterior.
La olla debe secarse lo suficiente para que sobreviva al proceso de cocción. Cada vasija, olla, chimenea, brasero etc., se coloca sobre el suelo a fuego abierto, se cubre con leños ardientes, y se da vuelta mientras hace la transformación de arcilla en cerámica. Este proceso es único en la región. Los puntos calientes en el fogón son la causa de las hermosas marcas de fuego negro en la superficie de cocucha.
Las mujeres alfareras de Cocucho son expertas en su arte. Las ollas más grandes a menudo alcanzan más de dos metros de alto.
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